Ángela tenía un grave problema. En su trabajo estaba
irascible a todas horas, digamos que indignada con todo el mundo exterior al
suyo.
El aliciente de la comodidad, el dinero y la quimera de
ostentar un poder que no le pertenecía, sacaba de su interior a la persona que
verdaderamente era.
Sí, era una persona disonante que disfrazada de hada
madrina, no llegaba a la mínima categoría de bruja mala. Se encontraba entre
dos aguas, tocaba fondo pero sin certeza de a que orilla pertenecía; y a la vez
que procuraba engañar, percibía como ella misma era engañada también.
No quería tolerar en sí el abuso y acoso que ejercía en
los demás, provocando constantemente situaciones molestas para quién menos las
merecía. Perdió su poder cuando sintió una espalda muy cerca de su cara, la
sonrisa de un juez sin toga y la presencia de una verdadera bruja mayor.
Ni que decir tiene que Ibáñez, el eterno paciente, pagó
las consecuencias y los platos rotos. Su gran paciencia no gusto nada a Ángela, él lo notó respondiendo sin palabras y de esta inteligente manera:
–“Los platos, daban
igual si se rompían cuando no había manjar que servir en ellos.” –dijo Ibáñez sin
decir.
Ángela
acabó en llantos propios de una mujer mal “sexualizada”.
¡Hola Estrella! Perdona si esta mañana no te atendí debidamente, pero andaba apresurado porque tenía cita con el dentista en Sevilla y había tardado más de lo previsto en mi visita al centro.
ResponderEliminarLamento no haberte escuchado más y preguntado por tus dolencias, pero veo que te vas sobreponiendo y actuando. Estás en buen camino. he leído los textos y me gustan; espero seguirte y leer el libro cuando se publique.
De paso he visitado el blog de José manuel, sorprendido por su calidad literaria, pero lo cierto es que no sabemos NADA de la vida de nuestros alumnos y nos limitamos a seguir con la rutina de los contenidos preocupados por los resultados académicos cuando lo importante es la VIDA que hay en cada uno de ellos. Bueno, enhorabuena por tu valentía y a seguir. Un abrazo, José Luis.
Hola José Luis, gracias por tu atención pero debo hacer una aclaración IMPORTANTE.
EliminarMi marido y mi hijo se llaman igual, cariñosamente para mí son "Los José-Manueles". En este caso el blog que has visto es el de mi marido, pero no vas mal encaminado ya que José Manuel, mi hijo, es nuestro crítico y corrector principal. Ya sabes en la casa de un escritor, todos escriben, la literatura en mi familia es cómo una bacteria contagiosa que hemos activado todos a la vez.
Referente a tu arte, tengo que decirte que soy fan tuya, así que necesitaré tus servicios fotograficos en breve.
Un abrazo, Estrella.
Buenas,
ResponderEliminarNos gustaria invitarte a unirte a nuestro proyecto de literatura. Se llama Publize.com y es una red social para amantes de la literatura, en la que los escritores pueden darse a conocer o difundir su obra y los lectores encontrar cualquier tipo de lectura.
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